Problemas de no tener cerca un desfibrilador DESA

Un desfibrilador es un dispositivo que permite salvar la vida de una persona. La desfibrilación consiste en emitir impulsos de corriente continua al corazón a través de la pared torácica. Así, las corrientes permiten retomar el ritmo cardiaco normal de una persona tras sufrir un ataque cardiaco o muerte súbita.

En los últimos años, hemos podido observar que muchas instalaciones cuentan con su propio desfibrilador. Centros comerciales, gimnasios, campos de fútbol y de baloncesto… Es importante que los lugares con gran afluencia de público cuenten con este dispositivo para poder actuar y salvar vidas. En concreto, estos espacios disponen de desfibriladores externos semiautomáticos: aparatos electrónicos portátiles creados para que la población normal pueda utilizarlos de manera fácil e intuitiva.

¿Cómo actuar si tienes que usar un DESA?

  1. Avisar a las autoridades sanitarias. En primer lugar, deberás llamar al 112 o al 061 para que puedan acudir cuanto antes.
  2. Realiza un masaje cardiaco, mientras esperas su llegada. Utiliza las maniobras de reanimación cardiopulmonar: 30 compresiones, 2 ventilaciones.
  3. Utiliza el desfibrilador. Aplícalo al paciente siguiendo las instrucciones indicadas en el lugar donde se encuentre el desfibrilador. Continúa así hasta que lleguen las autoridades sanitarias.

¿Realmente es tan importante contar con un desfibrilador? La respuesta obviamente es sí. Un desfibrilador es la única forma de tratar a alguien que ha sufrido un ataque para ayudarle a retomar su ritmo normal. Si este dispositivo se utiliza dentro de los 3-5 primeros minutos, sus posibilidades de supervivencia aumentarán del 6% al 74%. Por ello, sin este tratamiento, las posibilidades de que un paciente sobreviva se reducen un 10% por cada minuto que pasa.

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